Desde el punto de vista de las infraestructuras en España no nos encontramos en una situación de desventaja, todo lo contrario, a pesar de nuestra caprichosa geografÃa contamos con una muy desarrollada y en la actualidad mallada red de transporte. Nuestra red de carreteras y autopistas es una de las mejores en toda Europa y su estado de conservación y mantenimiento actuales son la envidia de los paÃses más desarrollados de Europa, véase Alemania o Francia. En el transporte por ferrocarril la situación es similar en el transporte de viajeros. Contamos con uno de los mejores servicios de desplazamientos entre la periferia de las grandes ciudades y sus principales núcleos de actividad, servicio de CercanÃas, que hoy por hoy alcanza unos elevados estándares de calidad. Asà mismo, tenemos una de las mejores redes de alta velocidad del mundo, con unos estándares de calidad en el servicio al viajero que les quedan muy lejos a nuestros socios alemanes y franceses. Es hora pues de que nos alejemos de una perspectiva de desarrollo del transporte en el que los modos de transporte se yuxtaponen los unos a los otros y por ello no obtengamos la mayor rentabilidad para nuestra sociedad de una inversión que ha resultado uno de los mejores proyectos de estado que hemos realizado en España en los últimos treinta años. Es el momento de buscar su complementariedad y de redefinir las futuras inversiones en transporte e infraestructuras. Además no podemos soslayar la mayor debilidad de nuestro sistema de transporte, el transporte de mercancÃas por ferrocarril, que sigue perdiendo cuota de transporte de forma alarmante mientras en otros paÃses de Europa, en concreto en Alemania, han conseguido demostrar que una gestión eficiente puede conseguir la rentabilización de dicho medio de transporte y el crecimiento sostenido de su participación en la cuota de movimiento de mercancÃas por su territorio.
En este articulo pretendo enumerar una serie de ideas pertenecientes al vademécum de los profesionales del sector, que sin duda contribuirÃan a la mejora de nuestro sistema de transporte sin necesidad de recurrir nuevamente a inversiones que requieran de una cantidad ingente de fondos y por lo tanto de finanaciacion. La perspectiva finaciera no permite conseguir una cantidad suficiente de recursos en la actualidad y el retorno de la inversión puede hacerse muy difÃcil, véase la planificación de las radiales en Madrid, sino se lleva a cabo una planificación detallada de los objetivos a conseguir. Se trata pues de afinar y conseguir que las pocas inversiones que se puedan llevar a cabo en los próximos anos se hagan con la suficiente eficacia como para consguir que resulten en el medio y largo plazo efeicientes y sostenibles económicamente. Para ello se han de poner en marcha los siguientes mecanismos estrategicos:
- Un proceso de reflexión sobre lo ya existente y un análisis detallado de las necesidades que permitan realizar una inversi’on que cubra los objetivos estratégicos de la economÃa nacional.
- La búsqueda de las sinergias de los distintos medios de transporte y no la supremacÃa de uno sobre el resto, porque el desplazamiento de viajeros y y mercancÃas son intermodales y solo si pensamos en las necesidades de los usuarios, clientes, finales conseguiremos alacanzar eficiencia en costes y rentabilidad en el retorno de la inversi’on.
- La planificación de las infraestructuras debe de ser estatal y orientada a crear grandes corredores que nos conviertan en la puerta de entrada a Europa de los productos que vengan de Asia. Pero no solo de entrada, sino que la planificación debe incorporar los requisitos de reducir los costes de transporte del meracdo interno y que también seamos la puerta de salida de los productos europeos a Asia.
- La consecución del aumento del trafico no debe realizarse a través del aumento de las acragas fiscales sobre un medio, sino de la mejora de calidad del resto de emsios de transporte, para que sean realemente atractivos a los trasnportistas. Lo primero lleva ya tiempo sin funcionar.
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